El objetivo de este Concurso de Nacimientos ha sido el alentar a las familias a que mantengan la hermosa tradición de realizar un belén en sus hogares con motivo de la Navidad. Con motivo de la participación de una sola obra se suscitan múltiples bienes, comenzando por la reflexión que hace el propio artista con motivo de su obra. Tenemos ocasión de conocer lo que mueve a cada artista, ya que le solicitamos en la Boleta de inscripción que así lo expongan.
“Si Dios no necesitó un palacio, riquezas (…) solamente el amor de su familia, si amas hacer arte no necesitas un estudio elegante, ni los materiales mas caros..."
En el caso de una joven de 9no grado, ella misma me expuso que deseaba poder transmitirle a las demás personas lo que le movió a realizar su nacimiento. Resultó ganadora de la categoría de pintura, por lo que durante la ceremonia de premiación le dimos la oportunidad de que se lo expresara a todo el público presente, lo cual hizo con hermosas, sencillas y profundas palabras que conmovió a muchos: “Si Dios no necesitó un palacio, riquezas (…) solamente el amor de su familia, si amas hacer arte no necesitas un estudio elegante, ni los materiales mas caros. Si es algo que de verdad te apasiona, te gusta, puedes hacer arte con cualquier cosa, porque es algo que sale del fondo de tu corazón”.
Además de los participantes, durante la exposición de los nacimientos tenemos la oportunidad de escuchar comentarios de los que nos visitan: escuchar lo que les atrae de cada obra, alguna anécdota de la tradición que ellos también cultivan en sus hogares, comentarios positivos sobre la iniciativa e incluso sobre los voluntarios, como narraré a continuación.
Por razones inexplicables, contrario al año anterior, la primera semana de la exposición de nacimientos no aparecieron voluntarios que ayudasen a mostrar las obras al público que visitaba el local con los belenes expuestos. No obstante, la noche del domingo de la ceremonia de premiación caí enfermo y tras pedirle ayuda a Dios con renovada fe, le solicité ayuda a las familias participantes y a las entidades educativas que participaron. Estos, movidos por Dios, de compasión y de la alegría de la hermosa ceremonia de premiación que habían vivido el día anterior se movilizaron consiguiendo 50 voluntarios que alentaron la tradición con turnos a lo largo de las 12 horas diarias en que estuvo abierta la exposición a lo largo de la siguiente semana. Estos jóvenes, entre 13 y 18 años de edad, ofrecieron una auténtica catequesis al público, no solamente porque se esmeraron en explicar bien cada obra sino porque su alegría fue tal que asistían personas diciendo que venían porque les habían dicho lo bien que se les atendía y el ambiente que había.
Sin duda, además de la alegría de ver como Dios hace de las suyas, el poder conocer a muchas personas con motivo de este Concurso es una gran alegría. Además de los voluntarios que realizaron turnos está el jurado, compuesto de familias y pintores. Entre estos últimos quería destacar a mi amigo y vecino Julio Lugo, quien es farmacéutico y artista plástico, cuya colaboración ha ido creciendo a lo largo de estos cinco años con motivo de este Concurso.
Al mes de concluir la exposición de Nacimientos en Plaza Del Caribe exponemos las obras ganadoras en el único museo en el mundo dedicado a los Reyes Magos en Juana Diaz durante el mes de febrero, actividad en la que hizo de maestro de ceremonia y expresó lo siguiente: “Este es mi concurso favorito porque desarrolla el amor por los Nacimientos, por la fe, por la tradición (…) y celebra la creación artística y reúne a todos los integrantes de la familia”.
No queremos concluir sin animarles a visitar la Casa Museo de los Reyes Magos de Juana Diaz, sabiendo que si lo hacen en o antes del sábado, 16 de marzo de 2024, podrán también contemplar las obras ganadoras allí expuestas.
Finalmente, alentar esta hermosa tradición de realizar un belén antes de la Navidad supone esfuerzo, pero tiene un impacto muy profundo y sorprendente en todas las personas que se relacionan con el mismo, en especial en las familias. Como nos escribió nuestra madrina Ada Monzón al terminar la ceremonia de premiación, esto es “una actividad que inspira e incentiva los valores de la familia”. Y como exhorta el Papa Francisco en su Carta Admirabile Signum: “Es realmente un ejercicio de fantasía creativa, que utiliza los materiales más dispares para crear pequeñas obras maestras llenas de belleza. Se aprende desde niños: cuando papá y mamá, junto a los abuelos, transmiten esta alegre tradición, que contiene en sí una rica espiritualidad popular. Espero que esta práctica nunca se debilite; es más, confío en que, allí donde hubiera caído en desuso, sea descubierta de nuevo y revitalizada.”
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